lunes, 12 de junio de 2006

Cuando se toman las decisiones, por lo general, estas traen consecuencias tanto inmediatas, como a mediano y largo plazo. Luego pasa que es necesario tomar más decisiones que surgen de éstas.

Eso genera el problema de que las consecuencias no quieran ser asumidas junto con la decisión.

Lo digo, porque he decidido. Y porque se que la gran parte de los lectores de esta cosa, y de quienes me rodean, se verán enfurecidos, si no molestos, con mi decisión.

Es verdad que, probablemente, es malo jugárselas por uno mismo olvidando algunos valores superiores, y que es peor jugárselas igual, sin haber olvidado nada. Ni dejando atrás lo que se opone al camino por el que se opta.

Pero bueno, no me ha sido pedido. Y creo que nadie se atreverá a pedírmelo...
Por el momento, yo tampoco me lo pediré.

Agradezco tanto a los que me han respetado como a los que no lo han hecho, por ser consecuentes consigo mismos. También agradezco a los que se han alejado.

Pido disculpas a los que se han sentido ofendidos, burlados o engañados por este motivo. Nunca quise que así fuera.

Es curioso.. casi nada cambia, pero ,a la vez, cambia todo.

La vida es así.

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