domingo, 24 de septiembre de 2006

Últimamente no puedo dejar de pensar.

Me doy cuenta que no tengo idea en qué creo (
si es que creo) ni cuales son mis ideales, que soy incapaz de avanzar en alguna dirección y que eso está acarreando, como consecuencia, el surgimiento de algo que detesto: la Hipocresía.

Quizá
s es que no me puedo conformar con borrar todo antecedente de la divinidad en mi vida. Y eso me complica.
Me miro, y veo que no amo a Dio
s, que no soy cristiana, probablemente tampoco soy creyente de esas 'a mi manera'. Y me da lata, porque miro y creo que todo se desató por un tema que aún ahora no puedo solucionar. Que, probablemente, si Dios no condenara ese detalle, si sería Cristiana... y amaría a Dios.

Pero,
si lo miro bien, me doy cuenta que, quizás, el real problema, no es que Dios odie mi conducta (ya que podría omitir su condena, asi como muchos omiten su condena a copiar en los certámenes, por ejemplo), sino que a mi me importa bien poco seguirlo... y ya no es un asunto relacionado sólo con ese detalle, sino que se ha propagado, alcanzando montones de áreas. Ya no es que el amor a una conducta errada me ha cegado, es que ya mi vida está totalmente contraria a ese Dios que me inculcaron mis padres, que crecí llamando mi 'amigo' y que amé hasta hace poco tiempo.

Y le he perdido tanto re
speto, que, asi, tal cual, me atreví a aparecerme en la iglesia.. y hacer una lectura. Demostrando mi total falta de consecuencia.

Creo que
sería más fácil si no viviera la tensión del amigo peleado: 'Éramos tan amigos.. pero estamos lejos', que me hace pensar que quizás algún día podrá arreglarse todo. Debería asumir ya que no hay vuelta atrás, que ya no es un detalle, que ya no se pueden arreglar las cosas.. y seguir adelante.
Al final, ¿de qué
sirve tannto pensar?.. si nunca avanzaré hacia él en la práctica. Queda la añoralgia... pero no daré el paso por la reconciliación. Ninguno cederá, no volveré atrás.

No hay comentarios.: